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Reseña | Te estaba esperando 

 

Reseña del libro Te estaba esperando de Francisca Herraiz, realizada por el escritor Manuel Fernando Estévez

 

Decir que la última novela de Francisca Herraiz, "Te estaba esperando", pertenece al subgénero de lo paranormal sería quizá pecar de exceso, pero nadie puede negar que la autora imprime unas pinceladas a la obra que aportan matices más que suficientes para aferrarse a esa idea. Unos matices que, todo hay que decirlo, dan el colorido que la novela parece buscar desde el principio y la cargan de ese sentido que el lector necesita encontrar en pleno nudo de la obra. Aunque es de justos reconocer que esa inclinación por lo paranormal podría camuflarse, y magníficamente bien, por cierto, al calor de la explicación científica.

Podemos asegurar sin temor a equivocarnos que "Te estaba esperando" es una novela de considerables dimensiones, no por la extensión del texto, lo cual es evidente, sino por el significado y, sobre todo, el mensaje que Francisca pretende transmitir desde las primeras líneas: el amor. Un amor que no solamente se va forjando entre dos personas sino que, irremediablemente, adquiere cierta adultez a medida que avanza la trama. Podríamos decir que es uno de los personajes principales de la historia, un elemento imprescindible de una obra en la que el lector experimenta junto a los protagonistas esas sensaciones a veces olvidadas a veces muertas. Pero el amor se puede presentar de muchas maneras. En ocasiones lo hace en forma de amistad desinteresada, pura y limpia; otras nace entre los miembros de una pareja, ora ciego ora enfermizo; y otras veces entre padres e hijos. Pero... ¿con qué clase de amor pretende la autora acariciarnos el corazón? ¿Con cuál de ellos trata de conquistarnos?, porque es indudable que Francisca Herraiz consigue seducirnos desde la introducción. Podría ser el primero, puede que el segundo o tal vez el tercero, pero mucho me temo que tendrá que ser el lector quien lo averigüe por sí mismo. Lejos de querer sembrar dudas o levantar polémicas, la causa de mi silencio no sería otra que el respeto total y absoluto a la autora y al desenlace de su obra.

Nos encontramos ante una novela de corte neocostumbrista con cierta inclinación hacia lo romántico, una ambigüedad que consigue captar con éxito al lector de cualquiera de estos géneros. Podría decirse que el prólogo forma parte del capitulado de la obra; una primera escena con una fuerza intrínseca capaz de arrastrar al amante de la lectura a tierras sembradas de misterio y de ficción; un elemento que no demora demasiado la explosión del nudo, al contrario que muchas novelas contemporáneas, que se inician en cualquier punto de la historia que se quiere contar con independencia de la cronología de los hechos que se van sucediendo. Quien lee esta introducción está perdido, y lo digo completamente convencido, porque a partir de este punto se verá abocado a continuar la lectura sin excusas ni ambages. Habría que decir a favor de esta sección de la novela que la descripción del disparo es una de las mejores del libro. "Alguien grita por otro lado, ¿qué ha sido eso? El tío parece asustado y me suelta, echa a correr, pero antes de desaparecer de mi vista levanta una pequeña pistola y me apunta. ¿Ese había sido el ruido, el muy hijo de puta me había disparado? ¿Por qué? ¿Qué clase de disparate era ese? Yo no había hecho nada, ni siquiera le había pegado. ¿Que me odiaba por tener una cara bonita, eso había dicho?, ¿por eso me disparaba? Apretó el gatillo de nuevo. ¿Por qué disparaba otra vez?, ¿estaba en una pesadilla?, ¿qué sucedía? No entendía nada..."

Francisca maneja un lenguaje claro, sencillo y directo. Si unas líneas más arriba he escrito que el tema guarda relación con lo costumbrista, ahora completo la explicación diciendo que relata la vida cotidiana del protagonista en la peor época -o la mejor, según a través del prisma que se utilice- de su vida.

Avanzada la lectura, no puedo evitar comentar que el mundo onírico tiene mucho que decir en la novela, una obra preñada de sensibilidad y amena donde las haya. Es un fiel reflejo de la realidad que vive un enfermo y de las personas que lo cuidan y lo visitan.

Los personajes son más bien escasos, si bien gozan de una salud literaria que más quisieran muchos de los que pueblan las páginas de los best-sellers más conocidos y vendidos. Álex, el protagonista, es un joven escritor que roza la treintena con muy buenas intenciones pero que no consigue despuntar en su ocupación. De las conversaciones con su madre (muy en su papel de cuidadora y remachacona) se desprende que hasta entonces solo ha sido un viva la vida que trata de levantarle la falda a la primera chica que se presenta. Rebeca, su vecina, es una joven bella y superficial a partes iguales que queda con el protagonista para presentarle a su prima, Carla, una muchacha no demasiado agraciada cuya principal virtud es la posesión de un corazón de oro. El doctor Nicolas Simons desempeña un papel, si no principal debido a sus cortas y escasas apariciones, muy importante en la obra. Ofrece a Álex la oportunidad de sacarlo del estado vegetativo en que se encuentra a través de un nuevo tratamiento que va cobrando importancia conforme avanza la segunda parte de la obra.

El protagonista se mueve entre constantes reflexiones y soliloquios en silencio, parece tener una necesidad imperiosa de explicarse las cosas a sí mismo (cosa que por otro lado tiene cierta lógica, debido a que buena parte de la obra la pasa en una cama sin poder siquiera expresarse), lo que hace que la novela, aunque no cause esa impresión, se adentre en ocasiones en el terreno de lo filosófico. Su voz interior es la auténtica narradora de la historia, y lo hace utilizando el presente, un tiempo verbal que encaja a la perfección con la temática si, como Francisca demuestra, se sabe utilizar. Pese a que la trama pueda parecer reiterativa, a mi humilde entender está muy lejos de serlo; la autora la conduce con maestría por senderos diversos, lo que es muy meritorio para la historia en una obra de sus características. Cuando uno se entrega a la lectura de "Te estaba esperando" se da cuenta de cuánto puede dar de sí la habitación de un hospital sin perder el interés ni decaer en ningún momento. Francisca Herraiz, que no es ninguna principiante, lo demuestra capítulo tras capítulo. Quizá al escribir la novela no se lo propuso, pero uno aprende lo que es el proceso de curación en un hospital y fuera de él. Un diez en este sentido.

El estilo en el que se desenvuelve la autora es ágil, una narración en continuo movimiento; es familiar, cercano y sin sencillo, es decir, sin grandes pretensiones, y precisamente de la sencillez es de donde nacen las grandes obras. Mantiene un ritmo justo y muy estudiado durante toda la obra, sabe lidiar con inteligencia y resolución con los contratiempos que en este sentido se van presentando a lo largo de la trama.

El primer capítulo, tras la supuesta muerte del protagonista, puede llegar a desconcertar, pero hay que entender que la autora trata de jugar un poco al despiste (cosa lógica y lícita en cualquier novela que se precie) y enseguida se le vuelve a coger el hilo. Hacia la mitad se intuye la inclinación de Francisca por los fenómenos paranormales (volvemos al inicio de la reseña), una inclinación que se mantiene hasta el final de la historia.

A veces uno se pregunta el porqué de la brevedad de algunas novelas. La que nos ocupa podría haber dado mucho más de sí si lo que buscamos es extensión y no intensidad o buen hacer literario. Podría haber doblado o triplicado el número de páginas si la autora lo hubiese decidido así. Pero no sería igual. Está tan bien llevada y su lectura se disfruta tanto que alargarla podría haber resultado peligroso para el resultado final del libro.

Para finalizar diré que es una obra que me ha impresionado por su temática, por la forma en que ha sido llevada, por el ritmo y, sobre todo, por el final inesperado. Y como para mí no existe una reseña de calidad que no cite un breve fragmento, entre los párrafos deliciosos que abundan en el texto me quedaría con el siguiente:

"Cierro los ojos y giro la cabeza. Pienso en el beso, ha sido tan diferente de lo que me esperaba. Cuando le he rozado los labios para besarla, en un principio no pretendía ir más allá, un beso de buenas noches, un poco más largo que el que me dio ella, para que sintiera lo mucho que la aprecio. Pero, al sentir su tacto, su calor, su piel suave, su respiración tan cerca, entrecortada, me ha encendido como nadie lo había hecho nunca. He sentido un vuelco en el estómago, un deseo incontrolable de tenerla más cerca. Ha sido cuando he abierto la boca para buscar su lengua y el roce me ha electrizado el cuerpo entero. La culminación ha sido cuando se le ha escapado el gemido, si hubiera estado en plenas facultades, ahí mismo la hubiera tomado. Suspiro, noto el corazón acelerado. Abro los ojos y me encuentro con una mujer que me mira de pie al borde de la cama. Su cara es seria, está cruzada de brazos. Tiene los labios apretados en una expresión de enfado. Lleva el pelo suelto, le llega a los hombros, es morena, aunque se le ven varios mechones blancos. De pronto me señala y me habla..."

Alicante, octubre de 2017

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Reseña | El arma azteca

 

Reseña proporcionada por Manuel Fernando Estévez

Francisca Herráiz nos presenta en "El arma azteca" una obra que conforma y supera con creces las exigencias de un lector ávido de unas emociones que no se suelen encontrar en otro tipo de novela, digamos, más al uso que la que nos ocupa. Un lector, me atrevería a afirmar, que atraído por lo sensible y lo correcto, intenta incesantemente recrearse con la justicia y el buen decoro que las páginas de este libro encierran y que, a buen seguro, devorará con impaciencia hasta llegar a su fin.

La acción, si bien se inicia con una historia que tal vez podría resultar cotidiana e incluso costumbrista, en el momento que rompe con la introducción y se bifurca -a dos bandas, dedicando capítulos distintos a cada uno de los dos protagonistas-, da lugar a un universo paralelo muy estudiado, detallado y conseguido por la autora, barnizado de amplias y sugestivas dosis de realidad; un optimismo y una esperanza que se hacen patentes en cada una de sus páginas, rebosantes de vida y energía; y un afán de aventura y desventura que Francisca Herráiz regala con generosidad a sus lectores.

A partir de ahí, la historia deja de ser cotidiana y costumbrista y comienza a tomar cuerpo por sí misma. Personalidad propia. Se trata, por tanto, de una novela de alta calidad, tanto literaria como histórica, a la altura de aquellas más leídas que todos conocemos, que toca temas que, si en algún momento pisan terrenos que podrían parecernos fantásticos, no lo son en su totalidad en la medida que los universos paralelos forman parte del estudio de los científicos más prestigiosos de la actualidad.

En cuanto a los personajes, la autora se muestra muy reflexiva con ellos y los dota de una independencia y un conocimiento que ellos mismos utilizan para salir airosos de ciertas situaciones, por complicadas que puedan parecernos, es decir, no los fuerza a través de descripciones y explicaciones aburridas e innecesarias para que actúen como cabría esperar de ellos después de presentarlos en escena, sino que son su forma de actuar y su carácter lo que hacen que intuyamos tal o cual acción por su parte.

Lurdes es una chica que no recibe el cariño que toda persona necesita de sus padres, lo que hace intuir al lector que la valentía, envuelta en las especiales circunstancias que la trama exige, es una de sus virtudes más llamativas. Regenta una tienda de cosméticos que montó con el dinero de sus progenitores y tiene a su cargo a una joven que, aun siendo una espléndida profesional en la materia, no tiene mayor relevancia en la novela. Carlos, su tío escritor, le proporciona todo el afecto y el apego que sus padres le niegan y que, tras perder a su esposa, se quedó con las ganas de dar a unos hijos que nunca pudo tener. Antonio y Lupe son unos amigos mexicanos de Carlos que, si bien no tienen mayor protagonismo en la historia, ayudan con su presencia a pasar de la introducción al nudo con tanta desenvoltura y destreza que apenas se nota.

Además, hay una serie de personajes históricos que aparecen en los momentos que la trama lo va pidiendo, como Moctezuma -cacique azteca-, Hernán Cortés, Francisco Hernández de Córdoba o fray Bartolomé de las Casas. Éste último pone un contrapunto de humanidad en la novela, y la autora lo presenta como a una buena persona, frente al espíritu malévolo y perverso del resto de religiosos y soldados que van saliendo a colación. En cuanto a este último punto, este comentario no sería completo si no hiciese alusión a la crítica que la autora hace en general a la religión -al aludir al sometimiento que los cristianos hacen a los nativos americanos- y a las tropas españolas de la época.

En cuanto a la trama, Carlos viaja a Collbató a documentarse para la novela que tiene en mente escribir. Allí encuentra una concha que lo introduce en un mundo del que no podrá salir así como así. Se encuentra en México con su amigo Antonio, quien le regala un extraño objeto que le llamó extremadamente la atención -Mecahuitl- y que resultará ser la pieza clave de la novela.

A partir de ese momento, los protagonistas -Lurdes y Carlos- se ven envueltos por separado en un conglomerado de situaciones -algunas agradables, otras no tanto- que incluso les hace temer por su propia vida y que les llevará a un desenlace a la altura del resto de la obra. Ambientada entre la España y el México actual, pero sobre todo y durante casi toda la novela en diversos lugares de la Sudamérica precolombina, Paqui Herráiz deja bien claro en cualquier página de su obra que ha invertido un tiempo precioso en documentarse para contar la historia, decorarla bien y no dejar cabos sueltos.

Está estructurada en dos partes correlativas y perfectamente diferenciadas entre sí ("El viaje" y "El regreso"). Escrita en tercera persona en un tono que ni decae ni en absoluto llega a aburrir y que pretende -y consigue sobradamente- ser claro y enérgico, mantiene en suspense al lector desde apenas las primeras líneas hasta el final -algo que en muchas ocasiones no llegan a conseguir ni los autores más consagrados-.

Utiliza un lenguaje sencillo pero concreto y a la medida que cada capítulo necesita, que permite mantener una lectura ágil y adentrarse en sus páginas con apetito, pasión y, por qué no decirlo, dedicación absoluta. Los paisajes están descritos con soltura y conocimiento de causa, las escenas a la altura de cada circunstancia -donde cada pieza se encuentra enmarcada en su sitio y en su lugar y donde ni sobra ni falta nada-, y los personajes magníficamente estudiados y definidos. El movimiento -la acción- es continuo, lo que da una idea del trabajo y el derroche de imaginación por parte de Paqui Herráiz.

Fiel espejo de la época y su especial enclave geográfico y social, la autora habla de la religión y la sociedad de las diversas tribus precolombinas con una facilidad pasmosa, pónganse como ejemplos más claros los sacrificios que los indígenas dedicaban a sus dioses, la desnudez con que se mostraban entre ellos y que en un principio a Lurdes le causaba cierto rubor, las prendas que le dieron a Carlos para vestir o las tortas que comían. De esas cosas tan sencillas y aparentemente insignificantes, la autora teje a su alrededor una tela de araña que acaba resultando fascinante y conquistando el corazón del lector, que tendría que ser de piedra para no resultar afectado.

Algo que me llamó la atención desde el principio es la cita de Albert Einstein que la autora saca a la luz: "Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad". Esta obra resalta, a mi entender, la voluntad humana. Una voluntad que, personificada en Lurdes (más aún, si cabe, que en Carlos, que quizá por su edad ya no la demuestra con tanta fuerza) es una constante a lo largo de toda la historia. Sin ella no sería posible entender la trama de esta novela. No tendría sentido. El continuo intento por parte de la protagonista de volver a su mundo original (más que a su mundo, a su época) y la habilidad con la que lo lleva es algo digno de encomio.

En consecuencia, podemos afirmar con la cabeza bien alta que "Dios del Sol" es una novela histórica magníficamente escrita y mejor documentada, en la que cada elemento alcanza la magnitud que se merece y que la propia autora pretende -y consigue- darle.


 

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Entrevista a la autora Francisca Herraiz

Entrevista ofrecida por Ester desde su blog https://mundofantasiazgz.blogspot.com.es/2017/10/entrevista-francisca-herraiz.html?m=0

1 ¿Quién es Francisca Herraiz?

No soy nadie especial, ni siquiera una escritora que destaque entre los demás. Soy una persona sencilla, que le encanta escribir, leer y disfrutar del día a día.

2 ¿y cómo surge el ser escritora?

De mi afición por leer. Me di cuenta en el colegio, leía todos los libros obligatorios y, era una de las pocas que lo hacía. Me encantaba sumergirme en las historias que contaban, leía todo lo que caía en mis manos. Con 11 años, llena la cabeza de personajes y escenarios, escribí mi primera novela, que en realidad era un relato corto, tan solo dos páginas, pero yo se la mostré a mi hermana mayor como mi primera novela. Todavía lo recuerdo. Fue entonces, cuando descubrí mi vocación. Desde entonces no he dejado de escribir.

3 ¿Te encasillas en un género literario o estás abierta a escribir cualquiera de ellos?

No, no suelo encasillarme en ningún género, me gusta experimentar y probar nuevas fórmulas, siempre es un reto. El género que me resulta más complicado es la novela fantástica juvenil. Es un público exigente y no todo vale, debes crear un mundo creíble, que les enganche y no es nada fácil. Lo he probado, pero el resultado no me convence. He tocado romántica, ficción histórica, contemporánea, infantil... Creo que el único género con el que no me atrevo, es el de terror, es sencillo, me da miedo, tampoco suelo leerlo. Cuando era adolescente me encantaba y ahora, con la edad, pues mira, no puedo con ese tema.

4 ¿Crees que la literatura erótica y romántica está peor valorada que otros géneros?

Creo que sí, tal vez por compararlo con novelas que han tenido éxito sin tener buena calidad literaria. Pero no todas las novelas de este género son iguales, por fortuna. Hay historias increíbles, muy bien escritas, con buenos personajes, trabajadas, documentadas. Es una pena que pierdan calidad por compararlas con otras historias con menos talento.

5 Si te preguntase por una razón para comenzar a leer tu obra... ¿Qué me dirías?

Te enganchará. He intentado crear una historia cercana, con personajes con los que te puedes identificar con facilidad. Supongo que es lo que más ha gustado a los lectores, la realidad, los sentimientos del protagonista, sin censura. Intenté pensar en cómo me sentiría si me sucediera algo parecido e intenté plasmarlo en el papel.

6 ¿Cómo y cuándo decides que la idea formada en tu cabeza se corresponde a una novela?

Siempre que tengo una idea pienso en ella como una novela, pocas veces se me ocurre escribir un relato, mis historias siempre se alargan hasta convertirse en novelas.

7 ¿Qué tan difícil te resulta desarrollar una novela después de la idea principal?

Demasiado difícil. A veces tengo la idea, la tengo clara, tengo los apuntes, algunas escenas, los personajes definidos, pero tras los dos o tres capítulos me quedo atascada y dejo la historia aparcada porque no sé cómo continuarla. Luego, sin más, encuentro la salida y es entonces cuando la novela parece escribirse sola.

8 ¿Qué sientes al poner la palabra "Fin" en una de tus novelas?

Tranquilidad e inquietud al mismo tiempo. Sé que ha terminado un largo trabajo, me siento algo triste por dejar atrás a esos personajes que me han acompañado tantos meses, feliz por haberles dado un final, pero también sé que toca el trabajo más difícil, repasar, corregir y poner a la venta.

9 Tras el boom de 50 sombras de Grey, ¿sueñas con ver alguna de tus obras en la Gran Pantalla?

La verdad que no es mi sueño, pero tampoco voy a negar que me gustaría ver alguna de mis historias en el cine, estaría más que bien, pero es algo que no contemplo.

10 ¿En qué te inspiras para crear a tus personajes?

Suelen tener de todo un poco, pero intento que sean únicos, con su propia personalidad para que resulten más reales. Aunque supongo que, de forma inconsciente, coges perfiles o físicos de personas cercanas. Por ejemplo, sé que todos mis personajes femeninos mayores se inspiran, en cierto modo, en mi bisabuela, que fue un gran apoyo y ejemplo para mí.

11 ¿Tienen algo de ti o te reflejas en alguno de ellos?

Aunque intento evitarlo, creo que sí. Algún que otro detalle se escapa, algún pensamiento, algún dato de su personalidad. Como he comentado antes, de forma inconsciente, pero están ahí.

12 Cuéntanos algo de tu próximo libro.

Quiero probar un género que todavía no había tocado. Policial. Me llama la atención y me apetece mucho escribirlo. Ya está empezada, pero es un tema difícil, no me va a resultar nada fácil sacarlo adelante. Pero creo haber encontrado una buena idea que gustará a los lectores.

 

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Entrevista a Francisca Herraiz ofrecida por Adopta un escritor

https://adoptaunescritor.wixsite.com/misitio/single-post/2017/09/27/Conoce-a-Francisca-Herraiz

 

¿Podrías hablarnos un poco sobre tu última novela? ¿Cómo te surgió la idea? ¿Cuánto tiempo tardaste en terminarla?

La idea surgió viendo Cuarto milenio. Hablaban del Casco de Dios y me pareció interesante. A raíz del programa, la idea fue macerando en mi interior, se fueron creando los personajes, las escenas, hasta que empecé a escribir. Al principio me costó encontrar la manera de encauzar la historia, tuve que empezarla varias veces, tirar borradores hasta que encontré la fórmula que encajaba, después casi puedo decir que se escribió sola.

Los preparativos me llevaron un año o algo más, mientras que escribirla, tan solo cuatro meses.

¿Crees que esta novela es diferente a lo que has escrito hasta ahora?

En parte sí y en parte no. Tiene un romance, por lo que entraría dentro del género que suelo escribir, pero luego está el sutil toque paranormal. Esto sí es nuevo en mis novelas, pues nunca he tocado este tema.

 

Teniendo en cuenta lo difícil que anda el mercado literario en estos tiempos, ¿las ventas que has tenido de tus novelas han resultado las esperadas?

La verdad es que han superado mis expectativas. De vender un ejemplar de vez en cuando, a vender cuatro, dos, hasta llegar a uno diario. Amazon me ha abierto un camino que pensaba cerrado. Tal y como están las publicaciones hoy en día, creí que no conseguiría lectores. Me alegra haberme equivocado y haber encontrado gente entrañable. Estoy muy contenta.

¿Crees que en España se lee menos cada día?

Según mi experiencia en facebook, creo que se lee bastante, aunque tal vez deberíamos clasificarlo por edades. A mi parecer, las personas de más de veinte años y, sobre todo, de treinta para arriba, leen más que los jóvenes. Estamos en una era tecnológica que tiene a nuestros niños y adolescentes absorbidos. Me gustaría que pudieran dejar los ordenadores y las consolas un momento y disfrutaran de un buen libro.

 

¿En tu novela existe algún personaje que haya sido inspirado en alguna persona real?

No. Mis personajes pueden tener características similares a alguien, porque intento que sean lo más reales posible, pero se crean en mi interior, los visualizo y les doy una personalidad propia. Intento que sean ellos mismos, evitando los parecidos, aunque supongo que no siempre lo consigo.

 

El tema de la promoción de libros es una de las cuestiones que más quebraderos de cabeza traen a los autores. En tu caso, ¿qué opinas?

Ni me hables del tema, no sé cómo afrontarlo. Me cuesta un mundo hacer publicidad y me temo que no lo hago nada bien. Es muy complicado, al menos, para mí.

¿A cuántas editoriales llevaste tus libros antes de que fueran publicados?

He perdido la cuenta. A todas las que he visto, grandes y pequeñas, nuevas y con años de experiencia. Bajé listas de Internet y a todas las que aceptaban manuscritos les enviaba el mío. Algunas me estafaron, otras me rechazaron, otras me publicaron sin mucho éxito, hasta que desistí y opté por auto publicar. Fue una buena elección, sin duda.

¿Qué opinas de los blog literarios?

Me encantan, me parecen de lo más útiles y necesarios. Informan de novedades editoriales, de libros de toda la vida, ayudan a autores noveles, a autores indie, a lectores. Son un gran apoyo y un beneficio para todos.

¿Te has presentado alguna vez a un concurso literario?

Sí, unas cuantas. Gané uno de poesía hace mucho tiempo y quedé finalista en otro, ambos locales. En el resto no he tenido suerte.

¿Cuál es tu mayor ambición como escritora?

Ya no aspiro a más, quería lectores y ya los tengo, quería ventas y las he tenido, no puedo pedir más. Estoy contenta con lo que he conseguido, es más de lo que esperaba.

¿Estás trabajando en algún nuevo libro?

Sí, en cuanto termino uno ya estoy pensando en el siguiente. La nueva historia será policiaca, me gustan los retos y es un género que todavía no había tocado, me apetece adentrarme en ese mundo, a ver qué surge. La idea ya está formada, solo tengo que escribirla, espero tenerla en unos meses, aunque es un género complicado y me temo que me traerá más de un quebradero de cabeza.

 

¿Cómo animarías a un escritor desconocido que hace muy bien su trabajo pero que no logra ser leído por un gran público?

Que no se desanime que, por encima de todo, escriba porque le gusta, para sí mismo. Cuando uno hace algo que le llena, siempre sale bien. Si es perseverante, tarde o temprano, logrará su cometido. Es cuestión de disfrutar con lo que se hace y tener paciencia.

Por nuestra parte damos por finalizada la entrevista, no obstante te invitamos a que la cierres añadiendo lo que desees. Todos los que componemos el proyecto "Adopta un Escritor" te agradecen tu colaboración.

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